Los cambios automáticos son uno de los mejores avances que puede llevar tu coche, pero como cualquier avance, necesita de un correcto mantenimiento y supervisión, que como ya hemos comentado en otras entradas debe hacerse cada 2 años o 50.000 km, por norma general, y utilizando siempre aceites recomendados por cada fabricante.
Además, no hay que olvidar que los cambios automáticos son elementos muy complejos que pueden dar fallos si no se cuidan correctamente. Por ello es de vital importancia para el cambio automático que los cambios de aceite y filtro se realicen en el intervalo de kilómetros correcto y, por supuesto, por un profesional cualificado.
Si no se realiza adecuadamente el mantenimiento del cambio automático, es posible que te encuentres con alguno de los siguientes problemas:
- El cambio empieza a dar tirones. Puede deberse a la rotura del tambor donde se alojan los discos. Es posible que el cambio automático tampoco te permita cambiar de marcha.
- Fugas de aceite unido a una vibración excesiva al ralentí, puede ser que el convertidor esté averiado.
- Fallo en los discos debido a un flujo deficiente de aceite. Conviene revisar el estado de las válvulas hidráulicas.
- Fallos electrónicos ya sean en los sensores o en el módulo electrohidráulico que controla la apertura de las válvulas. Cualquier error en esta medición hará que la caja no funcione correctamente.
- Bomba de aceite, si no envía un caudal constante al resto de elementos, la transmisión automática no funcionará como debería.
- El cambio se queda bloqueado, principalmente en las cajas de doble embrague, debido al fallo de las electroválvulas.
- Desgaste prematuro en la cadena, ocasionando daños en los variadores, sobre todo en algunos modelos de cambios automáticos CVT.